La talla
original de la Virgen de Guadalupe es de autor desconocido, en madera de cedro labrada. Es una escultura de
carácter románico de finales del
siglo XII con la Virgen sentada y el niño en su regazo. Una imagen sencilla de
inspiración bizantina. Tiene una altura de 59 centímetros y
pesa 3 kilos. Destaca su faz negra, nariz recta, mentón ateniense y grandes
ojos. Tiene los pies calzados con zapatos negros. La mano derecha, sustituida
en el siglo XV, empuña el cetro. Éste y la corona son del siglo XIV. El Niño,
con cara de adulto, está sentado en el regazo de su madre. Es del mismo estilo,
época y autor de la Virgen. Mide 23 centímetros y pesa 200 gramos . Su mano
derecha es de plata, labrada en el siglo XV en sustitución de la primitiva y en
actitud de bendecir. Lleva corona regia.
La imagen ha tenido varias modificaciones. La más antigua se realizó en el siglo XIV para presentarla vestida con lujosas telas: saya, manto, toca, corona y cetro. Y la más moderna en 1984, restaurada totalmente por un equipo de especialistas formado por Joaquín Arquillo, Silvia Martínez y Juan Abad dirigidos por el catedrático Francisco Arquillo Torres. En 1928 se reforzó la imagen para que soportara el peso de la nueva corona obra del orfebre Félix Granda con motivo de la coronación canónica de la imagen. En 1967 se hizo un importante trabajo de tratamiento contra termitas y otros insectos realizado por Sebastián de la Torre Arredondo. Éste otorga a la talla una excesiva antigüedad y remonta su origen al siglo VI en plena época visigótica. El 10 de agosto de 1975, el catedrático de Arte e Iconografía de la Universidad de Sevilla, José Hernández Díaz examinó minuciosamente la escultura e hizo un valioso informe técnico de la misma que dató como finales del siglo XII.
Imagen e la Virgen de Guadalupe














