martes, 11 de diciembre de 2012

Santiago Matamoros

Santiago Matamoros

La tradición del Matamoros, origen del antiguo linaje, se remonta al reinado de Ramiro I, que sucedió en el trono de Galicia, Asturias y León a su tío Alfonso el Casto. Al fallecer su tío, los moros reclamaron el tributo de las cien doncellas (cincuenta hidalgas y cincuenta plebeyas) que tenían impuesto a los reinos cristianos del norte. Ramiro I, que estaba en Bardulia no quiso entregarles las cien doncellas y se encontró frente a frente con la morisma en Clavijo donde en la víspera de la batalla, según la tradición, se le aparece en sueños el Apóstol Santiago. Santiago le comunica que ha sido designado por Dios como Patrón de las Españas. Santiago anima a Ramiro al combate y le pide que lo invoque. Los españoles dan batalla al grito de "¡Dios ayuda a Santiago!", y los moros son vencidos, matando más de cinco mil moros en aquella jornada. Esta batalla da origen a la fundación de la Orden de Santiago.


                                                     Representación de Santiago Matamoros 
                                                        del siglo XVIII de un autor anónimo.

En pintura y escultura se suele representar a Santiago el Apóstol peregrino, tocado de sombrero con concha de peregrino (en referencia a las peregrinaciones del denominado Camino de Santiago a la tumba del apóstol, descubierta poco antes en el lugar donde se levantó posteriormente la catedral de Santiago de Compostela). La figura de Santiago Matamoros, el rey guerrero, aparece blandiendo una espada, sobre un caballo blanco y arrollando a un grupo de moros caídos por tierra.
Puesto que durante la Edad Media, Hungría, junto a Alemania e Italia era una de las tierras desde donde más gente partía hacia Santiago de Compostela, siendo bien conocido el culto del apóstol ya desde comienzos del siglo XII, algunos académicos han hallado pararelismos entre la figura de Santiago Matamoros y el culto al rey San Ladislao I de Hungría. Floris Holik descubrió la sorprendente analogía entre los poemas de Santiago y de San Ladislao, agregando que los del segundo pudieron haber sido fruto de la imitación consciente de los cantos en honor al apóstol, lo que habría facilitado a los peregrinos la memorización. Sándor Bálint resaltó igualmente que ambos santos son personajes que luchan contra los paganos y defienden el mundo cristiano en la batalla, lo que pudo haber llevado a su eventual asociación posterior.

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